¿Hay solución?
Parece evidente que escapar de los lujos que nos da la vida moderna es arduo complicado. Es más, no se trata de volver a una cueva para desconectar absolutamente del tiempo que nos ha tocado vivir. Lo primero, no tenemos capacidad para intentarlo y sobrevivir. Lo segundo, también hay fundamentales positivos en la vida moderna.
La solución, como en todo, pasa por encontrar e equilibrio. No vamos a discutir que el hombre ancestral de la cueva gozaba de mejor salud que nosotros, era más fuerte e inteligente, pero si accidentalmente se hacía una herida, esta podría infectarse y se acabó pronto.
En cualquier caso, nosotros no somos ese hombre ancestral y nuestro entorno ha cambiado radicalmente. Si bien, existen diferentes claves que aún formando parte del sistema, nos permiten acercarnos al estilo de vida para el cual estábamos diseñados.
¿Cuáles son las claves?
Alimentación Real
Antes de surgir la gran revolución de la agricultura, las personas comían lo que la naturaleza le ofrecía. carne, pescado, verduras, semillas, frutas. La dieta moderna todavía complica más la ecuación puesto que el consumo de azúcares refinados, aceites vegetales, harinas ultra procesadas trae consigo un aumento alarmante de enfermedades metábolicas. Volver a una alimentación real sin aditivos ni procesados son clave para recuperar la salud.
Conexión a la tierra
El contacto directo con la tierra, conocido como "grounding" es un principio clave de salud. Hoy vivimos desconectados d la tierra, aislados de su presencia por suelos artificiales y calzados de suelas sintéticas. Gran cantidad de estudios científicos hablan de que el contacto directo con la tierra tiene efectos positivos en la reducción de la inflamación y el equilibrio del sistema nervioso. Caminar descalzo permite la transferencia de electrones lo que provoca una reducción del estrés oxidativo. Integrar esta práctica de forma habitual es una poderosa acción para reconectar con la naturaleza y de paso nos recuerda de donde venimos.
Movimiento natural
El cuerpo humano no fue diseñado para estar sentado durante todo el día. Un hombre del paleolítico caminaba, corría, trepaba, cargaba peso y todo esto de forma paulatina ha forjado parte de su constitución. La modernidad el estilo de vida de la mayoría de las personas es predominantemente sedentario. Esto indudablemente nos debilita como ser y nos provoca atrofia muscular, problemas posturales y en definitiva un aparato locomotor menos eficiente. Retomar ejercicio físico y natural nos mantiene firmes y nos aleja de la enfermedad.
Exposición al frío y al sol
La exposición al sol de forma ordenada genera diferentes beneficios para la salud. Permite la síntesis de vitamina D, esencial para la absorción de calcio y la salud ósea. Además, tiene un papel fundamental en nuestro sistema inmune ayudando a prevenir enfermedades de diferente índole. También habrás podido notar que la exposición al sol provoca situaciones de ánimo y bienestar. La luz solar estimula la liberación de endorfinas y serotonina, comúnmente denominadas las hormonas de la felicidad.
La exposición al frío, por su parte despierta y fortalece el sistema inmune, la circulación de la sangre, reduce la inflamación y activa la producción de energía. Con la práctica de inmersiones en frío serás capaz de entrar en un plano meditativo de alto nivel vibratorio. Podrás alcanzar una simbiosis de gran poder que relaciona tu presencia, la respiración, la resiliencia y la conciencia sensorial.
Recuperar ritmos circadianos
Volviendo al sol... seguir los ciclos naturales del sol es fundamental para la regeneración celular, la recuperación y el descanso de uno mismo. En la vida moderna es fácil comprender que la luz artificial y el uso excesivo de pantallas alteran nuestros ritmos circadianos, lo que impacta de forma muy negativa en la calidad del sueño y en el rendimiento diario.
Volver a lo esencial
La tecnología ha traído avances increíbles y en muchos casos muy alentadores. Pero también, en ocasiones, alejados de nuestra esencia. Recuperar hábitos ancestrales no significa vivir en una cueva y renunciar a vivir en sociedad, sino encontrar el equilibrio entre progreso y naturaleza. Cuando volvemos a lo esencial, nuestra salud y energía mejoran y posiblemente sea la única manera de supervivir en condiciones.